La brisa que da en el rostro
de la dama blanca, que contempla la montaña de nieblas.
El amanecer lleno de estrellas, que precede...
al inmenso sol lleno de luz rojiza...
El despuntar del día brillante y soleado, hijo del sol cobrizo
que dejo mi mañana
La tarde fresca, y el clima suave de las montañas verdes
El retorno eterno, ese, el de Borges, y la casa vacía de sueños
y esperanzas.
Tu soledad y tu rostro, y la noche oscura … solitaria
César Tovar
No hay comentarios:
Publicar un comentario