Iba desnudo, descalzo y hambriento
Soñando en el porvenir, en el mañana
Mi brazo despierto, mis pasos gigantes
Mi frente sudada, brillante y alta
Mis pasos y sus huellas como una flecha
Rompiendo el viento y sus tempestades
Las turbulencias penetradas por mi pensamiento
Y mis hijos, mi familia y mi pueblo mi guía
Vi. maestros soñadores de la misma idea
Y mi alegría acrecentada por marcas
Marcas como de piedra, y volvieron los héroes
Despiertos de conciencia de gentes
No eran tan numerosos, pero crecían veloces…
César Tovar.
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